OIT informa al Consejo Asesor Presidencial para la Reforma Previsional

Noticia | 1 de abril de 2006
El principal objetivo de la OIT es contribuir al debate de la reforma de pensiones aportando evidencias, experiencias internacionales y elementos técnicos. No es objeto de la OIT promover un modelo particular de reforma, sino que esto es algo que le compete exclusivamente al gobierno y a los actores sociales a través de las instituciones sociopolíticas del país. La OIT sí promueve un conjunto de principios básicos que emanan de la Conferencia Internacional del Trabajo (OIT, 2002).

La OIT plantea que para Chile es deseable "rebalancear" los riesgos individuales y sociales reformando el sistema de pensiones hacia uno que permita continuar aprovechando las ventajas y efectos positivos que ha producido el régimen de capitalización implementado a partir de 1981, pero que estructure un componente solidario a través del cual se articulen los componentes no contributivos y contributivos.

Las tres áreas cruciales en las que la OIT informó al Consejo Asesor fueron: (a) cobertura; (b) solidaridad y (c) sostenibilidad financiera.

En relación a la cobertura tres temas se destacaron: la situación de los trabajadores de bajos ingresos, los trabajadores independientes y las consideraciones de género. La OIT recomienda una estrategia que combine instrumentos contributivos y no contributivos, considerando que hay en el medio una combinación de ambos que puede resultar apropiada para numerosas circunstancias de trabajadores con mediana capacidad contributiva. En tal sentido, se recomienda combinar obligatoriedad, incentivos y mejor administración. Los instrumentos semi contributivos y no contributivos merecen una atención especial en esta reforma del sistema previsional. Los mismos deberían ser fortalecidos y modernizados. Esto implicaría ampliar el programa PASIS reformulando su naturaleza desde un criterio asistencial hacia un concepto de derechos básicos y ciudadanía. Además, el componente no contributivo (PASIS) debería integrarse gradualmente al componente contributivo financiado por el Estado, es decir, la pensión mínima. Una forma de permitir dicha integración es a través de la modificación de las denominadas "no-linealidades" en las condiciones de adquisición a las prestaciones que implica, en el caso de la pensión mínima, requerir un mínimo relativamente alto de años de cotizaciones.

En cuanto a los costos de administración del sistema de pensiones, la opción de centralizar la recaudación es una alternativa de rediseño que permitiría múltiples ventajas. Por un lado se podrían aprovechar las economías de escala para contribuir a la reducción de costos, pero también permitiría mejorar la integración de los componentes contributivos y no contributivos como así también la vinculación progresiva con los otros subsistemas de la protección social y el sistema impositivo.

En relación al componente solidario, el conjunto de programas de pensiones en Chile, en la práctica, no puede caracterizarse como un "sistema" debido a su escasa e inadecuada articulación. De esta forma, la nueva reforma de las pensiones debe contemplar un rediseño para fortalecer una idea sistémica de los programas en donde el componente solidario sea central y funcione como articulador de los otros. El financiamiento de este componente solidario no debería basarse únicamente en recursos impositivos sino también en contribuciones salariales solidarias.

Respecto a la reducción de las desigualdades e inequidades de género, las mismas pueden abordarse en forma efectiva a través del adecuado diseño del componente solidario. Esto permitiría inhibir canales por los cuales el sistema exacerba las disparidades que enfrentan las mujeres en el mercado laboral. Así, la eliminación o reducción de las desigualdades e inequidades de género deben lograrse a través de un conjunto de políticas e instrumentos. No existe una medida única que al mismo tiempo sea técnicamente efectiva y políticamente viable. El conjunto de políticas e instrumentos debe contemplar la implementación de tablas de vida únicas o mecanismos con efectos similares para las prestaciones que otorga el componente de capitalización, créditos en términos contributivos por la maternidad, una adecuación de las edades de retiro a la realidad demográfica de mayor longevidad y la adaptación normativa por la situación de separaciones y divorcios que enfrentan las familias chilenas a lo largo del ciclo de vida.

En cuanto a la sostenibilidad financiera, la OIT informó al Consejo respecto a la asistencia técnica realizada a la Dirección de Presupuestos para dotarla de un modelo de proyecciones financieras-actuariales para estimar las resposabilidades fiscales derivadas del sistema de pensiones.

Finalmente, se informó sobre la importancia de: (a) incluir en el debate de la reforma el papel que tendrá el sistema de pensiones en relación al objetivo de mediano y largo plazo que consiste en la reducción de las desigualdades de ingresos; (b) considerar las reglas de transición para establecer una adecuación paulatina de los cambios (por ejemplo, en las edades de retiro); y (c) establecer mecanismos efectivos de representación de los asegurados en las instituciones que administran y gestionan las pensiones, ya sean públicas o privadas.