Promoviendo la experiencia chilena sobre la aplicación de la Conducta Empresarial Responsable
Diálogo social y fortalecimiento de capacidades sobre la Conducta Empresarial Responsable son algunos de los aspectos identificados para avanzar la agenda en Chile, según se destacó en seminario organizado por el Proyecto CERALC.
Santiago de Chile - El jueves 18 de mayo, se llevó a cabo en la sede la OIT un seminario que tuvo por objetivo central compartir sobre la experiencia de la implementación del Proyecto CERALC durante su primera fase (2019-2022), junto con identificar los desafíos, oportunidades y perspectivas para avanzar en la agenda de la Conducta Empresarial Responsable (CER) en el país, al alero de una fase de continuidad del proyecto.
El evento contó con la presencia de la Subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, del Subsecretario de Derechos Humanos, Xavier Altamirano, del Jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Chile, Ewout Sandker, el Especialista en Normas Internacionales del Trabajo de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, Sergio Paixão y representantes de la OCDE, de ACNUDH y otros organismos internacionales, del gobierno, de organizaciones de empleadores, de trabajadores, de pueblos indígenas, de la sociedad civil y de la academia.
La CER abarca la expectativa de que las empresas respeten los derechos humanos con ocasión de sus operaciones, tanto en sus actividades directas como en sus relaciones comerciales y cadenas de suministro. Al hablar de la dimensión laboral de la CER se destaca, como mínimo, a los derechos fundamentales para el trabajo decente contenidos en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo que reconoce cinco derechos fundamentales que deben ser respetados aun cuando el país no haya ratificado los convenios pertinentes: la libertad de asociación y libertad sindical, y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil; la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación; y el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable.
La Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la Política Social es el principal instrumento de la OIT en esta materia, y brinda orientación sobre la dimensión laboral de la CER, fomentando la contribución positiva de las empresas para el progreso económico y social y la consecución del trabajo decente para todos.
Durante el evento se reconoció la relevancia del diálogo social como herramienta clave para la implementación de la CER, la necesidad de fortalecer la participación significativa de los actores sociales, así como la capacidad y el entendimiento de la CER.
De igual manera, se recalcó la progresividad en el enfoque de la agenda de empresas y derechos humanos, la combinación inteligente de medidas voluntarias y regulatorias, de alianzas público-privada como las promovidas mediante los Acuerdos de Producción Limpia, la atención al rol ejemplificador del estado como actor económico a través de las empresas donde tiene participación, las necesidades diferenciadas según el tamaño de las empresas (multinacionales, PYMES), de los sectores productivos donde se identifican mayores riesgos para la vulneración de derechos humanos, de la situación de las empresas en la cadena de suministro, de la tercerización o subcontratación y de la informalidad, entre otros valiosos aspectos.
“Invitamos a los actores a seguir promoviendo el diálogo social tripartito para avanzar de manera coherente y colaborativa con la CER en Chile, con especial énfasis en el cumplimiento de los principios y derechos fundamentales del trabajo”, señaló Jaime Godoy, Coordinador del Proyecto CERLAC para la OIT en el país.
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El evento contó con la presencia de la Subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, del Subsecretario de Derechos Humanos, Xavier Altamirano, del Jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Chile, Ewout Sandker, el Especialista en Normas Internacionales del Trabajo de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, Sergio Paixão y representantes de la OCDE, de ACNUDH y otros organismos internacionales, del gobierno, de organizaciones de empleadores, de trabajadores, de pueblos indígenas, de la sociedad civil y de la academia.
La CER abarca la expectativa de que las empresas respeten los derechos humanos con ocasión de sus operaciones, tanto en sus actividades directas como en sus relaciones comerciales y cadenas de suministro. Al hablar de la dimensión laboral de la CER se destaca, como mínimo, a los derechos fundamentales para el trabajo decente contenidos en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo que reconoce cinco derechos fundamentales que deben ser respetados aun cuando el país no haya ratificado los convenios pertinentes: la libertad de asociación y libertad sindical, y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil; la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación; y el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable.
La Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la Política Social es el principal instrumento de la OIT en esta materia, y brinda orientación sobre la dimensión laboral de la CER, fomentando la contribución positiva de las empresas para el progreso económico y social y la consecución del trabajo decente para todos.
Durante el evento se reconoció la relevancia del diálogo social como herramienta clave para la implementación de la CER, la necesidad de fortalecer la participación significativa de los actores sociales, así como la capacidad y el entendimiento de la CER.
De igual manera, se recalcó la progresividad en el enfoque de la agenda de empresas y derechos humanos, la combinación inteligente de medidas voluntarias y regulatorias, de alianzas público-privada como las promovidas mediante los Acuerdos de Producción Limpia, la atención al rol ejemplificador del estado como actor económico a través de las empresas donde tiene participación, las necesidades diferenciadas según el tamaño de las empresas (multinacionales, PYMES), de los sectores productivos donde se identifican mayores riesgos para la vulneración de derechos humanos, de la situación de las empresas en la cadena de suministro, de la tercerización o subcontratación y de la informalidad, entre otros valiosos aspectos.
“Invitamos a los actores a seguir promoviendo el diálogo social tripartito para avanzar de manera coherente y colaborativa con la CER en Chile, con especial énfasis en el cumplimiento de los principios y derechos fundamentales del trabajo”, señaló Jaime Godoy, Coordinador del Proyecto CERLAC para la OIT en el país.
Sobre el Proyecto CERALC
El Proyecto Conducta Empresarial Responsable en América Latina y el Caribe (CERALC), financiado por la Unión Europea (UE) e implementado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), busca promover un crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo en la UE y en América Latina y el Caribe, mediante el apoyo a prácticas de conducta empresarial responsable, en línea con los instrumentos internacionales de la OIT, la ONU y la OCDE. Se implementa en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá y Perú.Más información: