El desguace de buques: un trabajo peligroso

El desguace de buques se ha convertido en un importante problema medioambiental y de salud laboral en el mundo. Es una de las ocupaciones más peligrosas que existen, con unos niveles inaceptablemente elevados de muertes, lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo.

Lista de recursos | 23 de marzo de 2015
• El desguace de buques es un proceso difícil debido a la complejidad estructural de los buques, y genera muchos riesgos medioambientales y de seguridad y salud. Se lleva a cabo principalmente en el sector informal y rara vez es objeto de inspecciones o controles de seguridad. Generalmente los trabajadores carecen de equipos de protección personal y tienen escasa formación, en caso de tener alguna. Los controles de seguridad inadecuados, la deficiente supervisión de las operaciones de trabajo y el alto riesgo de explosiones crean situaciones de trabajo muy peligrosas. Los trabajadores tienen un acceso muy limitado a los servicios de salud y unas viviendas, instalaciones sanitarias y servicios sociales inadecuados, lo que exacerba aún más su difícil situación.

La flota mundial de buques es de unas 90.000 embarcaciones, y la vida media de un buque es de 20-25 años. El número medio de grandes buques que se desguazan cada año oscila entre los 500 y los 700, pero si se tienen en cuenta los buques de todos los tamaños este número puede ascender hasta 3.000. El noventa por ciento de los desguaces de buques que se realizan en el mundo tienen lugar en Bangladesh, China, India, Pakistán y Turquía.

Además de tener un grave impacto sobre la salud de los trabajadores, el desguace de buques es una industria altamente contaminante. Grandes cantidades de sustancias cancerígenas y tóxicas (PCB, PVC, PAH, OTC, mercurio, plomo, isocianatos, ácido sulfúrico, etc.) no sólo intoxican a los trabajadores, sino que también se vierten en el suelo y en las aguas costeras. Un buque de tamaño medio contiene hasta 7 toneladas de asbesto que a menudo se vende en las comunidades locales después del desguace. Como la mayoría de los astilleros no tienen sistemas de gestión de residuos o instalaciones para evitar la contaminación, el desguace de buques tiene un grave impacto sobre el entorno, las comunidades locales, la pesca, la agricultura, la flora y la fauna. Naturalmente, esto provoca graves daños medioambientales con efectos a largo plazo para el medio ambiente, la salud pública y la salud en el trabajo.

Para abordar este problema, la OIT, la Organización Marítima Internacional (OMI) y el Convenio de Basilea del PNUMA han elaborado sus directrices para abordar diversos problemas en este ámbito dentro de sus respectivos mandatos y han establecido un grupo de trabajo conjunto para coordinar sus actividades y cooperación. La conferencia diplomática de la OMI adoptó en 2009 un nuevo Convenio internacional para el reciclaje seguro y ambientalmente racional de los buques.