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Diálogo social

El diálogo social es esencial para hacer frente a las consecuencias de la COVID-19

Los acuerdos entre gobiernos, empleadores y trabajadores ayudan a proteger a los trabajadores, las empresas y las economías durante la pandemia de COVID-19, señala un nuevo informe.

Comunicado de prensa | 20 de octubre de 2020
© OIT
GINEBRA (OIT Noticias) – El diálogo social entre empleadores, trabajadores y gobiernos puede desempeñar un papel central en la gestión de las repercusiones de la crisis del coronavirus en el lugar de trabajo y puede preservat los medios de subsistencia y garantizar oportunidades para las personas más afectadas.

Según un nuevo informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Asociación Pacto Mundial (Global Deal Partnership), la pandemia ha puesto de manifiesto y agravado las desigualdades existentes y ha afectado de manera desproporcionada a los grupos vulnerables que ya enfrentaban dificultades, como los trabajadores poco cualificados, los trabadores informales, los jóvenes y las mujeres.

El informe Social Dialogue, Skills and COVID-19 (Diálogo social, habilidades y COVID-19) sostiene que el diálogo social y la negociación colectiva pueden ayudar a construir economías más inclusivas y sostenibles, donde los beneficios del crecimiento sean distribuidos en toda la sociedad.

El informe señala que los acuerdos entre las empresas, los sindicatos y los gobiernos han contribuido a establecer modalidades de tiempo de trabajo reducido con el propósito de proteger los ingresos y las empresas durante los confinamientos. Sus principales ingredientes son los compromisos asumidos por los empleadores para retener a los trabajadores, los acuerdos con los sindicatos para reducir las horas de trabajo, y el apoyo de los gobiernos a través de las prestaciones y subvenciones salariales.

Este tipo de acuerdos pueden contribuir a afianzar la confianza de los consumidores al mantener a los trabajadores en sus puestos de trabajo y asegurar los ingresos.

El informe pone de manifiesto un número de estudios de casos por países, como el de Dinamarca, donde un programa de mantenimiento del empleo permitió limitar el incremento del desempleo a 0,1 puntos porcentuales entre febrero y mayo de 2020. En Corea, los interlocutores sociales (las organizaciones de empleadores y de trabajadores) acordaron aumentar los subsidios para mantener el empleo en el país, de 63 a 75 por ciento, con un apoyo de emergencia adicional disponible para las pequeñas empresas y los trabajadores con contratos atípicos.

El informe destaca la importancia de involucrar a todos los interlocutores sociales a fin de garantizar condiciones de trabajo seguras durante la pandemia. Es probable que algunos trabajadores no quieran expresar sus preocupaciones por miedo a perder su empleo, no obstante el diálogo social proporciona un foro en el cual pueden plantearse las inquietudes de los trabajadores y negociarse enfoques equilibrados.

“En estos momentos difíciles, el diálogo social nunca ha sido tan importante”, declaró Guy Ryder, Director General de la OIT. “Nos ayuda a construir la resiliencia y a encontrar caminos para avanzar durante la crisis. Cuando es necesario tomar decisiones importantes, nos ayuda encontrar soluciones legítimas y aceptadas. Además, el diálogo social contribuirá a promover el aprendizaje permanente y el desarrollo de competencias cuando pasemos a la fase de recuperación”.

El Secretario General de la OCDE Ángel Gurría señaló: “El diálogo social ha forjado las medidas adoptadas para apoyar a los trabajadores y sostener la economía, contribuyendo a reforzar la confianza durante la crisis. La importancia del diálogo social no se limita a la gestión inmediata de la crisis. También ayuda a que los países cumplan con los compromisos asumidos en el marco de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y se preparen para hacer frente a las tendencias mundiales como la digitalización, la globalización y el cambio climático”.

La Ministra de Comercio de Suiza, Anna Halberg, también destacó el papel decisivo que desempeña el diálogo social en los mercados de trabajo y en toda la sociedad. “El informe presenta sólidos argumentos sobre la eficacia del diálogo social para hacer realidad el trabajo decente, relaciones laborales sólidas y, por extensión, mejores sociedades”, agregó.

Con tantos trabajadores esenciales en la primera línea – como los del sector de la salud, el procesamiento y la venta de alimentos – que reciben salarios bajos, el establecimiento de salarios mínimos adecuados, a través de disposiciones legales y/o la negociación colectiva, puede mejorar el nivel de vida. El informe señala además que la justicia y la equidad darán lugar a un mercado de trabajo más resistente y a una recuperación económica más fuerte.

Más allá de los desafíos planteados por la crisis de COVID-19, los mercados de trabajo tienen que adaptarse a la evolución tecnológica que crea una demanda de nuevas competencias. El informe indica que son necesarias políticas y mecanismos claros para promover el aprendizaje permanente. El diálogo nacional es esencial a nivel nacional, sectorial y de empresa. La participación de los trabajadores en el proceso de toma de decisiones puede facilitar la adopción efectiva de programas de desarrollo de las competencias.