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95a Conferencia Internacional del Trabajo, 2006
Salir de la informalidad: Amina, la reina de las naranjas

Entre la mitad y las dos terceras partes de las mujeres y hombres en el mundo trabajan fuera del sector formal de la economía. Sacarlos de la informalidad es el mayor reto para la gestión de los mercados de trabajo a nivel mundial.

Artículo | 2 de junio de 2006

Entre la mitad y las dos terceras partes de las mujeres y hombres en el mundo trabajan fuera del sector formal de la economía. Sacarlos de la informalidad es el mayor reto para la gestión de los mercados de trabajo a nivel mundial. Según el informe del Director General de la OIT a la Conferencia, para reducir la informalidad es necesario un enfoque global adaptado a las características de cada país. OIT EnLínea informa desde Yemen, donde las barreras culturales son un obstáculo más para las mujeres que intentan trabajar y salir de la pobreza.

>SANA'A (OIT EnLínea) - Amina Al-Amrani es una exitosa mujer de negocios en Yemen. Tiene cerca de 50 años y es propietaria de un próspero comercio de frutas y vegetales con una serie de puntos de venta en mercados distribuidos por toda Sana'a, que dan trabajo a 25 personas.

Gracias a su extraordinario talento empresarial Amina conquistó el respeto de todos los comerciantes de los souqs, quienes la llaman Melikat Al Burtikal, la Reina de las Naranjas. Amina ahora trabaja para expandir su negocio y exportar frutas y vegetales a otros países de la región.

Hasta hace poco, esta mujer analfabeta proveniente de las montañas del norte de Yemen no tenía ningún registro escrito sobre su negocio, pero ahora que sus hijas crecieron la ayudan con las cuentas, permitiendo así que enfrente mejor la vulnerabilidad asociada al empleo en la economía informal.

Amina ha recorrido un largo camino. Poco después de casarse, su esposo dejó su aldea para trabajar en Arabia Saudita. Sin un ingreso seguro para ella y sus hijos, la única posibilidad de Amina era trabajar y desafiar las costumbres de una sociedad tribal que considera a las mujeres trabajadoras como una verguenza. "Aún hoy, mi familia se rehúsa a hablarme y no ha aceptado nunca el hecho de que yo trabaje", dijo.

"Los primeros tiempos viajaba a los principales souq para comprar joyas y luego venderlas en mi aldea", continuó. Siguieron una serie de actividades que le generaban pocos ingresos como la venta de ropa. Amina aprendió todos los trucos del comercio en un sector vital y fébril de Yemen casi exclusivamente dirigido por hombres. Pedía prestado dinero a los propietarios de pequeños negocios y poco a poco comenzó a expandirse.

¿Un modelo a imitar para las mujeres en Yemen?

Un informe reciente de la OIT sobre Yemen (Nota 2) demuestra que Amina es casi una excepción, y no sólo por las dimensiones de su negocio. Más de 90 por ciento de las empresas de Yemen son microempresas que emplean de una a cuatro personas. Las pequeñas empresas que emplean de cinco a nueve trabajadores constituyen el 4 por ciento, negocios como el de Amina con entre diez y cuarenta empleados representan sólo 2,4 por ciento del total del empleo.

El informe estima que la dimensión de la economía informal varía entre 60 y 80 por ciento. Como en otros países en desarrollo, la economía informal en Yemen es un refugio para las mujeres y hombres desempleados o despedidos en la fuerza laboral.

El informe además dice que más de 60 por ciento de las mujeres en Yemen realizan trabajos no remunerados, la mayoría en la agricultura, y que las mujeres tienen pocas oportunidades debido a la falta de formación y mobilidad laboral limitada, a la discriminación en el lugar de trabajo y a barreras culturales y sociales.

Las mujeres se concentran en sectores tradicionalmente asociados con su participación en el mercado laboral, como trabajo de oficina, atención al cliente, enseñanza, enfermería y trabajo doméstico, mientras que los hombres dominan los sectores mejor remunerados de los negocios y la finanza. Los mercados crediticios tienen la tendencia a excluir a las mujeres, quienes tienen menos probabilidad de poseer tierras u otros recursos para ser usados como garantía.

Es más, las mujeres enfrentan restricciones culturales que disminuyen las posibilidades de encontrar empleo. A pocas mujeres se les permite viajar solas así sea en el interior o en el exterior de Yemen, en especial si la finalidad es la formación. Algunas familias exigen que el padre acompañe a sus hijas, o que el esposo se reúna con la esposa. Para muchas compañías del sector privado, estos son gastos adicionales de los cuales no quieren hacerse cargo.

El reto del empleo femenino en Yemen fue asumido por el "Sistema Nacional para Avanzar en el Empleo Femenino", un proyecto de la OIT financiado por el gobierno alemán, que pretende promover el trabajo de las mujeres al incorporar el cargo de la Dirección General de Mujeres Trabajadoras (DGWW) al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

"A pesar de los progresos logrados durante los últimos años en la participación de las mujeres en la fuerza laboral de Yemen, que alcanza el 21,8 por ciento, continúan representado el 37,5 por ciento de los trabajadores de la economía informal y sólo el 9,2 por ciento en el sector público formal", explicó Maha Abdullah, Director General de la DGWW en el Ministerio.

El proyecto comprende la primera fase de un programa de formación en trabajo decente e igualdad de género conducido por los sindicatos de Yemen, que entrenó recientemente 100 formadores y desarrolló materiales de formación a través del proceso de participación que involucró a los interlocutores sociales. En su segunda fase, el programa de formación se extenderá a 40.000 mujeres y hombres trabajadores a lo largo de todo el país.

"Las mujeres tiene sueños y ambiciones, pero todavía hay muchos problemas en Yemen y en otras partes del mundo árabe. A pesar del doble reto que enfrentan, salir de la informalidad y superar los estereotipos de género tradicionales, un número de mujeres logran triunfar", dijo Simel Esim, especialista de género de la OIT en la Oficina Regional para los estados Árabes en Beirut.

"Necesitamos basarnos en estos modelos positivos para promover los derechos de las trabajadoras y cambiar la percepción negativa de las mujeres que trabajan en la región. Reducir la informalidad y promover el empleo de las mujeres requiere un enfoque integrado que abarque diversas dimensiones políticas".


Nota 1 - Cambios en el mundo del trabajo, Memoria del Director General, Conferencia Internacional del Trabajo, 95.a reunión 2006. Informe I (C). Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 2006. ISBN 92-2-316623-3.
Nota 2 - Características de los Trabajadores yemenitas en la economía informal, por Abdullah Haza'a Al-Khateeb, Sana'a, Yemen, Febrero 2006.