Edward Phelan

Director General de la Organización Internacional del Trabajo, 1941-1948

Edward Phelan (Irlanda) nació el 25 de julio de 1888 en Waterford. Tras finalizar sus estudios en la Universidad de Liverpool se incorporó al servicio civil británico. En 1916 pasó a ser miembro de la División de Información del recientemente creado Ministerio de Trabajo, donde desempeñó una función esencial en el desarrollo de la propuesta británica para el establecimiento de la OIT, que fue presentada en la Conferencia de Paz de París en 1919. Fue nombrado secretario de la Sección de Trabajo de la delegación británica a la Conferencia de Paz, prestó sus servicios como Secretario Adjunto del Comité organizador que preparó la primera reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en 1919 en Washington y, por último, fue nombrado primer Secretario de esa Conferencia. Por ende, tenía un profundo conocimiento de la OIT, ya que participó en la redacción de su Constitución.

 

La primera acción de Albert Thomas tras ser nombrado director de la Oficina Internacional del Trabajo fue ofrecer un puesto al Sr. Phelan, quien pasó así a ser el primer funcionario de la OIT. Como primer Jefe de la División Diplomática, se hizo cargo de la Oficina en ausencia del Sr. Thomas y del Sr. Butler. Fue nombrado Director Adjunto en 1933 y Subdirector en 1938, pasó a ser Director en funciones tras la dimisión de John Winnant en 1941, y en 1946 fue nombrado Director General con efecto retroactivo desde 1941.

 

Consciente de que era preciso celebrar una reunión anticipada con los miembros de la Organización, a pesar de que a causa de la guerra resultaba imposible celebrar una reunión ordinaria de la Conferencia Internacional del Trabajo, el Sr. Phelan mantuvo las consultas necesarias, y en octubre de 1941 se convocó una Conferencia en Nueva York. La reunión de clausura se celebró en la Casa Blanca por invitación del Presidente Roosevelt. En la Conferencia se subrayó que era importante que la OIT participara en los esfuerzos por reconstruir un mundo en paz tras la conclusión de la guerra.

 

Durante los años de la guerra, la OIT hizo todo lo posible con un pequeño grupo de personal esencial y un presupuesto minúsculo. Hubo de suspenderse su labor normativa, ya que no iba a celebrarse ninguna reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo; no obstante, se enviaron misiones de asesoramiento sobre el seguro social a países de América Latina y de otras regiones. El programa de información prosiguió mediante la Revista Internacional del Trabajo y varias publicaciones especiales. Se mantuvo un estrecho contacto con Washington y Londres, donde ya se estaban elaborando planes para crear una nueva organización internacional que sucediera a la Liga de Naciones.

 

Durante una reunión celebrada en Filadelfia, en abril de 1944 en plena Segunda Guerra Mundial - con la participación de delegados tripartitos de 41 países - la Conferencia Internacional del Trabajo aprobó siete recomendaciones destinadas a abordar los problemas emergentes en las esferas de la seguridad social y el empleo, así como la cuestión de la política social en los territorios dependientes. Como hecho de mayor importancia cabe señalar la adopción de la Declaración de Filadelfia, que sentó dos principios básicos: el primero, que el objetivo principal de la política nacional e internacional debe ser el logro de las condiciones que permitan que todos los hombres y mujeres puedan perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades; y el segundo, que todos los esfuerzos nacionales e internacionales deben juzgarse para determinar si favorecen o no ese objetivo.

 

En la Declaración, el mandato original de la OIT se formuló con términos más amplios y positivos. Se encomendó a la Organización la responsabilidad especial ante los pueblos del mundo de examinar y estudiar la política y las medidas económicas y financieras internacionales, para cerciorarse de que la política social fuera uno de los intereses principales y de que el bienestar de las personas fuera su objetivo básico. El concepto anterior de protección de los trabajadores contra los riesgos fue reemplazado por un ideal más afirmativo de seguridad, con miras a prever unos ingresos básicos, una atención médica general, y la promoción eficaz de la salud y el bienestar. El objetivo de prevenir el desempleo se reformuló en términos de fomentar el pleno empleo y contribuir así a elevar el nivel de vida. El problema de las condiciones de trabajo ya no se consideraba exclusivamente en relación con la supresión de riesgos específicos, sino que se situaba en el contexto más amplio de las políticas que regulan, por ejemplo, los salarios o los horarios de trabajo. En junio de 1945, se adoptó en San Francisco la Carta de las Naciones Unidas, y comenzó a precisarse el modelo de organización internacional de la posguerra. Sin embargo, no se había definido el papel que desempeñaría la OIT en ese sistema. En San Francisco, los representantes de la Organización fueron recibidos con frialdad, y se ejercieron presiones para suprimir la Liga de las Naciones y todas las organizaciones a ella vinculadas. Por invitación del General de Gaulle, la Conferencia Internacional del Trabajo se reunió en París y procedió a revisar la Constitución con el propósito de atender a las necesidades de la posguerra. Se suprimieron las referencias a la Liga de las Naciones, y se agregaron disposiciones similares sobre las relaciones con las Naciones Unidas. En los primeros meses de 1946, la OIT y las Naciones Unidas iniciaron negociaciones. El acuerdo resultante fue el primero de esas características que se concluyó entre las Naciones Unidas y un organismo especializado, y sirvió en gran medida como modelo para posteriores acuerdos.

Entre otros acontecimientos significativos que se produjeron mientras el Sr. Phelan fue Director General de la OIT, cabe citar la adopción del Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87). Edward Phelan murió en Ginebra el 15 de septiembre de 1967.